viernes, 1 de agosto de 2014

Helado principio.

1 de agosto, y parece mentira el frío que siente aún con un calor para asfixiarse. Y asfixiada está ella, de la vida, bueno, de las vidas, que no dejan vivir. ¿Quién os concedió el título de arrendatarios en pleno siglo de la arrogancia? ¿Quién os ha hecho creer que vuestra opinión vale más que su pasión? ¿Qué clase de antagonía se vive ahora hacia cualquiera que muestre su personalidad más allá de un insta algo con mil filtros y ninguna naturalidad? Corremos tanto que nos quedamos atrás. Tantas cosas diría sobre esto de que día a día se avance más hacia el egocentrismo que a la empatía...  y de tan poco serviría que me lo guardo.
Hay cosas molestas, que queman lentamente. Como eso de creer que alguien tiene una vida extraordinaria por sus insta lo que sea, a pie de esa foto acompañada de filtros para adornar tu vida. Eso, eso sólo es un diminuto porcentaje de tu vida; poco, y en ocasiones y a la vez, demasiado. No, lo siento, no acepto que unos me gusta midan tu valía. 
Otra cosa que quema, el olvido. No recuerdo haber aceptado ningún 'cuando llenen mi vacío ya no te necesito a mi lado'. Esto sí que quema. Me niego totalmente a querer a alguien a temporadas. Si hay que querer se quiere bien. Si es que se sabe querer...  Autoodiarse menos y quererse más, ni en exceso ni en escasez. 
El amor no debería, jamás, tapar a la amistad. Las damas primero señoritas. Permitid ser personas, independientes y con diferentes ideas. Que aburrida sería la vida si todos fuesen iguales. 

□ He leído y acepto los términos y condiciones y la política de privacidad de la vida.
No, yo no los acepto.

sábado, 26 de abril de 2014

La vida me rompe.

Hay batallas que no se pueden ganar. La suya contra el mundo, por ejemplo. Lleva como una especie de espada clavada y por mucho que lo intente no sale.Y no saldrá hasta que ella quiera, ya que si la arranca se llevará con ella un pedacito importante de su vida, pero que sangra más que alegra. Me parece que la lleva tan clavada que empieza a doler; pero es normal que no te hayas dado cuenta, ya no sabes de ella, has cambiado y la has olvidado. Seríais incapaces de decirme cualquiera de vosotros el porqué de la marca de su labio o porqué cree que todo es mejor con alguna versión de Candy de fondo. Y no me extraña, no os sintáis mal, si ya nadie sabe nada de nadie. Si en cuanto tienen algo que les entretenga se olvidan del resto. Siempre le dolió ser así, pero cree que a toda vida le llega su momento de ciclogénesis, pero en situación constante. En el momento en el que pasa por tu vida ya no sabes ser más tú. Menos los insalvables, sus insalvables, que tiene un escudo contra esas cosas. Le pone apática la gente y sus estúpidas maneras de ver y tomarse la vida, como si nada más importase que el dárselas de todo cuando en realidad no sabes nada.
Yo también estoy de acuerdo con ella, en su justa medida, pero es que ella lo ve todo como en su mundo, como en una especie de país de las maravillas utópico. No lo aguanta, lo repele e incluso diría que como vea a alguien más escuchando a un grupo o citando a algún autor por palabrería, le va a provocar sarpullido.
Pero sabe que es ella, sólo ella, la que iguala al otoño en cuanto a arrancar hojas; la que se pasa el invierno arrancando cortezas secas; la que ve el tronco en sí, y no todas las capas añadidas. Que no entiende que no sigáis el 'sé tu mismo, los demás ya están cogidos'. De repente todos sois poetas, escritores, lectómanos, melómanos, deportistas y bloggers de moda. Que de nada sirve ser ocho personas en una, que nunca serás feliz con quien eres sino te dedicas a ser tú; adiós a la monogamia social y bienvenido sea el ser rarito porque sí, porque te sale, nada de creerse especial porque lo dice tu biografía.

(Y este es un post a regañadientes publicado pero necesario, que igual no siempre se puede soltar lo bonita que es la vida sin dejar caer algo de: necesito salir de aquí; la vida me rompe.)

domingo, 30 de marzo de 2014

Insalvable.


Creo que lleva una hora entera mirando a la pantalla del ordenador sin tocar una sola tecla. Hoy es un día gris, moralmente hablando. Puñeteros días grises, que no aparece ni un sol por aquí ni aún rogándole. Se resguarda en sus dedos creyendo que igual pasan las horas y todo mejora... pero temo decirle que no es así; que el tiempo no todo lo cura; no si no hay remedio. Su problema, su temido y odiado problema, es ella misma. No se puede tener satisfecho a todo el mundo si no lo estás tu primero. Hace poco tiempo pensaba que ya había empezado a entenderlo todo, o por lo menos lo que le daba remordimientos, pero tanto complacer y tan poco autocomplacerse, quererse, o vivir por ella, que ha perdido un poquito más el rumbo. 
Creo que está harta de ironías y agonías; de ansiedad y nerviosismo; de maldad y bondad juntas; de gente y de lugares. Hay gente que vive queriendo ser otra persona; ella vive queriendo ser otro lugar. Un lugar sin tanto en el que le guste tener poco. Basta de tanto superfluo y que haya más indispensables. Que si su mundo se cae quiere que le ayuden a sujetarlo hasta tal punto que se vuelvan todos insalvables, y no les importe, porque sigan el : «Pierde el control, déjate ir; voy a vivir mi vida.».