sábado, 26 de abril de 2014

La vida me rompe.

Hay batallas que no se pueden ganar. La suya contra el mundo, por ejemplo. Lleva como una especie de espada clavada y por mucho que lo intente no sale.Y no saldrá hasta que ella quiera, ya que si la arranca se llevará con ella un pedacito importante de su vida, pero que sangra más que alegra. Me parece que la lleva tan clavada que empieza a doler; pero es normal que no te hayas dado cuenta, ya no sabes de ella, has cambiado y la has olvidado. Seríais incapaces de decirme cualquiera de vosotros el porqué de la marca de su labio o porqué cree que todo es mejor con alguna versión de Candy de fondo. Y no me extraña, no os sintáis mal, si ya nadie sabe nada de nadie. Si en cuanto tienen algo que les entretenga se olvidan del resto. Siempre le dolió ser así, pero cree que a toda vida le llega su momento de ciclogénesis, pero en situación constante. En el momento en el que pasa por tu vida ya no sabes ser más tú. Menos los insalvables, sus insalvables, que tiene un escudo contra esas cosas. Le pone apática la gente y sus estúpidas maneras de ver y tomarse la vida, como si nada más importase que el dárselas de todo cuando en realidad no sabes nada.
Yo también estoy de acuerdo con ella, en su justa medida, pero es que ella lo ve todo como en su mundo, como en una especie de país de las maravillas utópico. No lo aguanta, lo repele e incluso diría que como vea a alguien más escuchando a un grupo o citando a algún autor por palabrería, le va a provocar sarpullido.
Pero sabe que es ella, sólo ella, la que iguala al otoño en cuanto a arrancar hojas; la que se pasa el invierno arrancando cortezas secas; la que ve el tronco en sí, y no todas las capas añadidas. Que no entiende que no sigáis el 'sé tu mismo, los demás ya están cogidos'. De repente todos sois poetas, escritores, lectómanos, melómanos, deportistas y bloggers de moda. Que de nada sirve ser ocho personas en una, que nunca serás feliz con quien eres sino te dedicas a ser tú; adiós a la monogamia social y bienvenido sea el ser rarito porque sí, porque te sale, nada de creerse especial porque lo dice tu biografía.

(Y este es un post a regañadientes publicado pero necesario, que igual no siempre se puede soltar lo bonita que es la vida sin dejar caer algo de: necesito salir de aquí; la vida me rompe.)

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